Unas cuantas veces en mi vida he experimentado momentos de una claridad meridiana. En los que durante unos breves segundos, el silencio ahoga el ruido y puedo sentir en lugar de pensar. Todo parece muy definido, el mundo claro y fresco como si todo acabara de nacer...

visión global

Muchas veces, suele ocurrir que nos encontramos con situaciones en las que nos es imposible recorrer un camino, que inconscientemente consideramos el correcto para comenzar una aventura.

Ayer mismo, como cada mañana temprano, comenzaba mi sesión de entrenamiento en el rocódromo .
Desde hace días venía intentando recorrer una de sus paredes completa, pero el desplome creciente me impedía completarlo.
Había intentado casi todo.
Recorrí visualmente todas sus presas para tener una visión más clara del mejor camino a tomar, pero mi falta de practica minimizaba mis posibilidades.

Entonces, pensé que no tenía porqué comenzar el camino desde el lado que inicialmente consideré como el principio, sino que debía intentarlo también desde el otro lado.

Lo logré a la primera.

Es increíble cómo muchas veces nos fijamos un camino con un recorrido dado, sin considerarlo como un complejo abarcable desde cualquier inicio que queramos considerar.

No hay que decaer en los intentos. Debemos concebir los objetivos con la mayor visión esférica posible, para poder considerar como válidas, todas las opciones posibles para alcanzarlo, sin decaer porque el camino elegido sea mayor, diferente, más complicado para todos los demás, ya que cada camino siempre será distinto para todos, pues ninguno de nosotros somos igual a otro.