domingo, 9 de enero de 2011

La enseñanza de Mohammed Alí

Hace un par de días, recibí una llamada que estaba esperando. Se trataba de una entrevista telefónica para optar a un puesto de trabajo en una de las empresas que más ha crecido en el último año, y una de las más importantes del país en cuanto a comunicaciones.
Tras una conversación de 20 minutos, me comunicaron que había superado la entrevista, y que me querían conocer personalmente en una nueva entrevista, esta vez en la sede de la empresa.
Estaba muy contenta.
Cuando te pasas los días enviando curriculum vitae, tratando de encontrar un empleo, incluso de puestos de trabajo que nada tienen que ver con aquello que has estado estudiando durante años, cuando el tiempo que tienes lo dedicas por completo a mejorar tu perfil profesional, a estudiar durante horas para salir de esa situación...el hecho de que se produzcan situaciones como esta, se salen tanto de la norma de la rutina del "PREparado", que acaban por convertirse en un acontecimiento extraordinario.

El problema, es que la cuerda sobre la que caminas, cada vez que te ofrecen la posibilidad de cruzar el vacío de la incertidumbre que te separa de tu día a día, es tan sumamente estrecha, que durante el camino, las dudas sobre si cruzarlo o no, y los miedos a caer, se te agarran a las piernas de tal modo que caminar con equilibrio se convierte en una hazaña tan heroica como extenuante.

Cuando llegue de nuevo a mi ciudad, en busca de trabajo, oportunidades, estabilidad...en busca de poder permanecer aquí, sabia que sería muy, muy, muy complicado.
Debía dar todos los pasos que no di antes y a una velocidad elevada y constante.
La tarea se presentaba como una inmensa montaña.
Para optimizar mi tiempo, decidí que moverme en bicicleta sería lo más adecuado. Gracias a ella llegaría antes a mis destinos y a la vez sería consecuente con mis principios.
El color rojo sería mi escudo. Me ayudaría a ser más visible entre los coches y a la vez me transportaría a todas aquellas películas en las que sus personajes se movían en una bici roja. Es como pedalear en un sueño provocado.

El problema es que para saber que puedes pedalear hasta donde quieras, no basta con que día tras día experimentes como tus capacidades aumentan. Los días de viento son terribles, y a veces necesitas esa ayuda psicológica, o incluso visualizar la llegada a tu destino, como impulso para hacerlo.

Con la situación en la que me encuentro, sucede lo mismo.

No son tiempos para jugar a tirar fichas de dominó por el mero placer de ver como caen.

La enseñanza de Alí, es el ejemplo de una actitud, que en estos momentos, se convierte en la clave del camino al exito.


.. “Fue el 28 de enero de 1964, en Miami. Yo era Cassius Clay, combatiendo con Sonny Liston por el título mundial de los pesos pesados. Sonny era el hombre más fuerte de todos aquellos con los que había combatido. Cada vez que golpeaba, me lastimaba yo más que él. Le pegué realmente con todo lo que yo tenía”.



“Cuando terminó el sexto round, yo estaba totalmente agotado. Ni siquiera podía levantar los brazos. Tampoco podía levantarme para ir de nuevo al centro del ring”.

“Me voy a casa” le dije a Angelo Dundee, mi coach. “No voy a continuar”.
“Oyendo esto”, explica Alí, “Angelo Dundee pasó su cuerpo sobre las sogas y me gritó que estuviera listo para regresar al centro del ring”.

“No puedo hacerlo. Me voy a casa” le contestó Alí.
En ese momento sonó la campana. Dundee lo empujó a Alí gritando le dijo: “Anda y no vuelvas hasta que seas el campeón mundial de pesos pesados!”.


Debido a los gritos de exigencias de Dundee, Alí juntó fuerzas, se puso de pie y caminó hacia el centro del ring. El resto es historia. Sonny Liston no respondió a la campana, no salió a pelear y Alí se consagró campeón mundial de los pesos pesados y en el comienzo de una leyenda.

Oyendo esto, podríamos suponer inicialmente que la lección de Alí era “Mantente de pie. Haz un último esfuerzo. Levántate todas las veces que estés caído”. Pero no fue así.


Alí dice que la mayor lección que aprendió en su vida, “es que siempre hay que tener a alguien que a uno lo aliente y lo empuje y le haga hacer cosas que ni uno mismo pensaba que podía hacer"

Lo que se busca con el coaching es precisamente esto “Inspirar a las personas a dar su máximo potencial, por decisión propia y libremente, quizás moviendolos de la zona de confort, como lo hizo Ángelo Dundee con Cassius Clay”, ó para ponerlo en palabras de Liderazgo "llevar las personas no siempre donde quieren estar, pero si donde deben estar".

La mayoría de las personas se fijan estándares que están por debajo de sus capacidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario